domingo, 24 de abril de 2011

Return to be that someone

Mete el vaso en el microondas con los brazos cruzados se queda anonado mirando como el platito va girando suavemente debajo del vasito como si hubiera venido del pasado y lo ve todo por primera vez . Saca el vaso y lo deja en la encimera. ¡Ay, quema! Si se ha vuelto a pasar. Se acerca al armario, abre la puerta y saca el sobrecito de nescafe además del azucarero.
Le dan un beso en la mejilla acompañado de: ¡Buenos días, papa!
Él le responde absorto observando como dos cucharadas de azúcar se hunden en la leche y la siguiente victima ese sobrecito.
-Papa
-¿Si, mi princesa?
-¿Y mi leche?
¡Uy! Se le volvió a olvidar. Lo poco acostumbrado de tenerla en casa.
 Llevarla  al colegio se le hace raro. Una ilusión le llena por dentro cuando su niña le da un beso de despedida, la ve subir esas escaleritas y entrar con su mochila pegada en la espalda. Tan graciosa caminando como su madre….la sonrisa se le borra.
La madre de su niña, la que fue su mujer y la que se marcho muy lejos con un millonario llevándose a la hija de ambos. Luego la volvió a tener a su lado cuando su todavía mujer y su amante murieron.
Consulta el reloj de su muñeca. ¡Llega tarde al trabajo!
Aparca en su lugar de siempre. Reservado para él. Baja poniéndose bien la corbata, saca su maletín de cuero del asiento de atrás.
Entra en la empresa saluda como todos los días con una sonrisa en la cara. Le duele los músculos de tanto esforzarse en ser amable. La misma chica pasa al lado con una tacita de café para el jefe a la misma hora y  él la saluda con el mismo piropo.
La chica se vuelve, lo mira con repulsión y le da una bofetada. Y eso que el piropo no era guarro. Se lleva la mano en la cara, le escuece más que las otras veces. Se mira en el espejo del baño. ¡Si que me ha dado con ganas! Le ha dejado la marca de su mano con tres arañazos pequeños.
Sale del trabajo reventado. Llega a casa a las 9 de la noche. Se sienta en su sillón favorito ese que tiene al lado de una amplia ventana situada en su pequeño comedor. Desde ahí ve coches ir y venir, las farolas facilitándoles la visión y un parque repleto de gente paseando a sus perros y jóvenes charlando en los bancos. Sostiene en una mano una cerveza. La botella entera. Le pega unos largos tragos. ¿Me la tomo entera? ¿Porque no? Esta en su casa.
 Hoy como todas las noches celebra volver a ser el de antes. 
Se levanta, saca medio cuerpo por la ventana y alza la mano con la botella.
Brinda con la noche y las pocas estrellas que brillan.

2 comentarios:

  1. Me Gusta Cariño,es sencilla,sin cosas raras,como las mías :P ;Eso la hace especial ;);Te Amo Muchisimo!!! :);Un brindis por nuestro amo tb o no??? :P

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  2. Siempre es bueno añadir alguna vez ese toque raro para hacerlas mas interesantes.Me encanta tus historias por esa chispa :)
    Si cariño cuando quieras ;)
    Gracias por comentarla! Te amooo! (L)

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