Mírame fríamente cuando aprietes el gatillo

-Si vas hacerlo no cierres los ojos -señaló el arma que su amigo llevaba entre las manos-Si eres tan valiente para apuntarme con eso lo serás para verme morir desangrado.
-Lo siento, pero tengo que hacerlo- le temblaban las manos y cuando fue al mirarlo,por debajo de sus gruesas cejas,tragó saliva- Lo siento, colega - susurró- o eres tú o soy yo. Ya conoces como son y mira que te avise que estábamos adentrándonos en algo peligroso.
-Me empeñe en desnudarlos ante la autoridad que olvide que mi propia vida es mas valiosa.
-Sabía que lo comprenderías y perdonaras la injusticia que voy a cometer-estaban a dos pasos y su colega arrinconado en ese putrefacto callejón.
-Ya... lo entiendo - unos destellos cubrieron sus manos y surgió un arco con su flecha apuntando al corazón de su ahora enemigo-
Y yo siento que sea al revés.
Su amigo que había tirado el revolver para cubrirse de la cegadora luz, lo miro perplejo.Con los ojos fijos en la punta de la flecha comenzó alejarse.
-¿Como has echo eso? -una gotas de sudor se le resbalarón por la frente- una flecha romana surgida de tus manos...imposible

"De la noche a la mañana te has convertido en mi verdugo sin saber que esté era mi juego y  tú eras mi presa"