jueves, 17 de febrero de 2011

Un Amor Eterno

-Ya no me queda nada.- apoyó una mano en la pared exhausto- ni familia, ni amigos, ni hogar…. NADA, solo soledad- unas lágrimas surgieron en sus ojos y el dolor punzante que antes sintió en el corazón, volvió con más intensidad- ni siquiera tú, amada mía.
<< Joel>>
Un susurro, a través del viento de esa fría noche, llego a sus oídos.
<<Joel>>
Se volvió y ahí estaba ella.
-Si vienes  a llevarme al infierno, lo comprenderé- miro hacia el suelo y callo de rodillas ante ella- Te mate con mis propias manos, no tengo perdón.
-Hermano- le cubrió la cara con ambas manos y le obligo a que la mirara a los ojos - tu no lo hiciste fueron las mentiras que te cegaron- aparto las manos- mira a través de mi.
Detrás del alma de su hermana se reflejaba el de su amada.
-Arabella- se levanto y fue hacia ella.
-Amor mío- le tendió la mano y él se la apretó  fuerte para volverla a retener a su lado, no quería perderla de nuevo muchos años sin ella demasiado para un vampiro enamorado.
Su alma hacia rato que se había desprendido de su cuerpo, el cual había caído inerte en la acera fría y húmeda por la lluvia.
-Ya nadie nos separara-le susurro dulcemente acercando sus labios a los de él.
Desde lejos alguien los observaba con el corazón roto, una vez que desparecieron sin dejar rastro, se acerco al cuerpo y con la palma de su mano,  la paso suavemente sobre los ojos para cerrarlos para siempre.
-No estabas solo me tenias a mi, Joel- acaricio su rostro- Tú aun la querías no te basto mi amor.

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